miércoles, 6 de enero de 2010

Parábola de la rama


Desde esa vez que resbalé debido a mi inocencia, que no he parado de caer. Y caigo, y caigo, y caigo.

Lo más interesante es que cuando aparece una rama para agarrarme de ella... esta se rompe.

Y vuelvo a caer.



Existen diversos motivos por los cuales las ramas se quiebran:

1. Puedo confiar a ojos cerrados e incluso demostrarle mi cariño a esa rama. Lamentablemente la rama no tiene sentimientos, por esto, se quiebra.

2. Puedo demostrarle a la rama que aferrado a ella podemos establecer un mundo juntos. Lamentablemente la rama no está libre de mala hierba, que la hacen quebrarse.

3. Puedo prometerle un futuro esplendor, lleno de espectativas y ambiciones a la larga. Lamentablemente la rama no olvida su pasado que la condena, y ya que no tiene nada que perder, simplemente se quiebra.

Nuevamente me quedo en el aire, y sigo cayendo al vacío. Vomitando mi confianza y mi cariño a cualquier rama que aparezca.

Ahogado en la nada, me queda solamente esperar a que la tierra desgrane mis huesos y que mi sangre sea absorbida por las ramas que crecen al borde del abismo. Sí, del abismo en donde solamente los frágiles y estúpidos caen.

Al final...

... camino solo.








[alone & resigner]