martes, 6 de octubre de 2009

Dime de qué criticas... y te diré de qué careces.


Cada vez me da más asco este país y no por asuntos políticos sino por el mal entendimiento social que radica desde el pueblo hacia el "pueblo".

Como futuro periodista me considero una persona neutral, sin inclinación política ni ideológica. Con un gran poder para elogiar como también para criticar. Voy a aludir a ambas opciones.

Es espectacular ver, luego de más de una década, al equipo chileno disfrutar de victorias en el ámbito deportivo, dejando claro que son trabajadores y ganan dinero mediante su capacidad para realizar dicho deporte. Reflejo alegría al ver a la gente contenta por aquello, pero a la vez aquella alegría se transforma inmediatamente en pena y, más que nada, lástima por escuchar de las mismas personas los improperios lanzados en contra del perdedor.


Encuentro tan banal, burdo, absurdo, incoherente y hasta poco cuerdo ofender a un grupo de personas por realizar un mal trabajo. Es como humillar frente a un espejo. Creo simplemente que ya no hay remedio.


Un poco enrabiado salí a fumarme un cigarro a la calle y no pude evitar escuchar de una persona que ocupaba un estilo de habla inculto informal y que representaba al típico flaite chileno (no discrimino, solo hago una referencia para el nexo entendible) gritar: Les volamos la raja, cholos de mierda, vayan a bañarse con caca porque no tienen mar...



Si la estupidez se midiera en dinero, aquella persona sería multimillonaria.



Me reservo profundamente mi opinión personal con respecto a aquel joven.


Simplemente no tengo palabras. Y lo que es peor aun es que es todo un país que, atraído por la Xenofobia, ataca a personas que nada tienen que ver con conflictos de carácter político ocurrido en ÉPOCAS ANTERIORES que repercuten en un simple partido de Fútbol.
Me equivoco nuevamente si mencioné todo un país ya que pensándolo bien es el mundo entero.


Es que gracias al egoísmo, los prejuicios, la envidia y la burla, y sobre todo, las ansias de poder, es que han convertido a la persona en lo que es. Un vil animal que acaba succionando su propio líquido cerebral pensando que el de al lado se lo va a succionar primero.



Hoy más que nunca odio a Stalin, Guevara, Hitler, Kant, Marx, Mussolinni, Napoleón, Felipe III, Castro, Carlos V, Roosevelt, Chávez, Bush, Franco, Batista, Perón, Trujillo, Pinochet, Allende, Nixon, Bolívar y cuanto idiota haya aparecido y aparecerá con el típico discurso de que "esto es para el pueblo o nuestro país/nación/imperio/Reich/etc. lo necesita", porque debido a eso es que se ha llevado a cabo un profundo nacionalismo y una pérdida del significado de "ser humano" y de "persona".



Finalmente me cuesta entender y debo reconocer que la gente me atemoriza. Quizás esté generalizando un poco pero es que la verdad que el contexto es muy amplio y no me arriesgo a separar a alguien.
Nadie leerá esto. Me da lo mismo, nadie merece leerlo.

Mientras más conozco a la gente, mejor me llevo con mi perro...

1 comentario:

Fer dijo...

Pienso parecido. En realidad vivimos en una sociedad tan poco critica y individualista, que no vemos al otro como igual, sino como un menos.

Ayy, si los fanatismos excesivos me ponen de mal humor.

..y yo me sigo llevando mejor con mi gato..