miércoles, 3 de octubre de 2012

Mi estrella fugaz y supersónica


En mis momentos, el automatismo y los procesos mecánicos desertan. 
En mis momentos, la capacidad momentánea y etérea aumentan.
En mis soledades vivo, cuando vivo dejo de pensar.
Cuando dejo de pensar, puedo imaginarte.

En mis momentos, el aire no circula,
el agua nunca se evapora y las hojas de los árboles resisten.
En mis momentos, las esencias encuentran el camino
y buscan vuestra complacencia.

En mis momentos, la realidad es surrealista, 
y tú estás respirando a mi lado.
Te beso bajo el nogal y te duermes en mi regazo, 
junto a la brisa costera de día domingo después de almuerzo.

En mis soledades estarás…
Para siempre.


(Te enamoraste de un soñador y un escritor, por lo tanto nunca morirás)












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